martes, 7 de octubre de 2014

Conventillos de mi barrio...

 por Myriam

Cuando niña,  viví en una casa de apartamentos en el barrio Cordón. Eran apartamentos  modestos, que daban todos a un corredor abierto, y se les llamaba conventillo. No muy despectivamente. No eran como el famoso conventillo del Medio Mundo, que es el más conocido, donde las habitaciones daban a un patio común y tenían servicios comunes.
Donde yo vivía, eran casas individuales con un corredor común. Hoy siguen existiendo esas viviendas, son apartamentos que se venden como propiedad horizontal. Cada uno tiene sus servicios privados, de agua, de luz, lo único que los une es un corredor común y una salida común hacia el exterior. 
En la zona, los corredores de los conventillos eran abiertos. En otros lugares, como en Pocitos, solían tener corredores cerrados, pero eran oscuros. En cambio, lo lindo de estos conventillos es que el sol entraba por todos lados, los apartamentos eran ventilados, espaciosos. En el nuestro, había un patio inmenso donde andábamos en bicicleta.
En esos conventillos vivían trabajadores de todo tipo. Mi padre era chofer, otros trabajaban en fabricas. Era una zona en la que había muchas fábricas. El que no trabajaba en Lostorto, trabajaba en el lavadero de lanas o en Pesce y Simeone que era un taller mecánico, o en las fábricas de dulce. 
Nos conocíamos todos, no había un trato tan íntimo como en el conventillo del Medio Mundo donde los vecinos muchas veces comían juntos, pero sabíamos de qué trabajaba el vecino, a qué escuela iban los niños, si estaban enfermos, a veces hasta se daban problemas de vecindad porque en la convivencia de muchas personas siempre surgen conflictos.
En el conventillo donde yo vivia, estuvo residiendo la familia Roselló, que tenía muchos hijos. Uno de ellos fue el famoso "chiquito Roselló", boxeador y murguista, figura mítica del carnaval de antaño, conocido como "el mago del redoblante".

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